CIPOLLETTI (AC).- Son casi cinco hectáreas en la zona de La Falda, al este del ejido cipoleño. Allà conviven por ahora siete pacientes que soportan adicciones a drogas -fuertes y blandas- y al alcohol. Y reciben un tratamiento donde se mezcla el esparcimiento (vivero, una huerta orgánica, cuidado de plantaciones frutales y crÃa de animales como conejos, cerdos, choiques y gallinas) con el especÃficamente profesional, a cargo de un equipo interdisciplinario.
Se trata del Centro de Prevención y Rehabilitación de Adicciones "Transitar", dirigido por la neuróloga Mabel Dell Orfano, con la administración general a cargo de Aldo Mildemberg.
Este centro cuenta con la habilitación de la SecretarÃa de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar) y ya tiene un convenio con la secretarÃa de Salud Pública del Neuquén para la atención de gente de escasos recursos.
La comunidad terapéutica, con internación en vÃas de expandirse a 16 enfermos, se está completando de a poco.
La casa tiene amplios dormitorios, una sala general, consultorio médico, un salón de usos múltiples y todos los servicios, aparte de una cancha de fútbol, una pileta de natación y sectores para fogones.
Y desde hace 15 dÃas la gente del centro aloja a dos ciudadanos italianos que superaron sus adicciones y que llegaron para hacer sus aportes, en función de la experiencia vivida y de los tratamientos que se hacen en su paÃs.
Se trata de Antonio Zacher (40) y Eraldo Lazzaroni (39), quienes en su pueblo Lonato, de la región de Brescia, en el norte itálico, forman parte de una cooperativa de trabajo sostenido por la Fundación Exodus, representada e 25 localidades de la penÃnsula.
En la comunidad terapéutica compartieron las jornadas con los internados de la región -son 7, de entre 16 y 50 años- provenientes de Viedma, Plottier, Roca y Neuquén.
En un contacto con "RÃo Negro" consideraron que al centro cipoleño le falta más apoyo de los organismos estatales y de la población en general para que los pacientes superen sus problemas y se reinserten en la sociedad.
Un médico psicólogo está en la chacra de 8 a 22. Los pacientes se levantan a las 7, se asean, hacen gimnasia, luego encaran las diversas actividades en la atención de la huerta, las plantas, los animales, y a las 19 se produce una reunión grupal terapéutica.
Todos los domingos van sus familiares y en un momento de la visita también la familia y el paciente tienen un contacto con el psicólogo.
Mildemberg explicó que se le da mucha importancia a las actividades al aire libre y que con la huerta, el vivero, los frutales, la crianza de animales, los talleres de herrerÃa y carpinterÃa se busca que el paciente reciba herramientas que les permita "reconocer y desarrollar sus capacidades para valorizarse a sà mismo".